Internacional - Lunes 12 de abril (09:11 hrs.)
- Al menos 750 mil personas continúan en campamentos de damnificados
- PMA reporta 70 mil ciudadanos enrolados en trabajos temporales
El Financiero en línea
Puerto Prínciper, 12 de abril.- Tres meses después del devastador terremoto que destruyó su casa, Gerald Ermilus solo tiene en mente un objetivo: conseguir un empleo porque los seis dólares que recibe al día del programa "trabajo por dinero'' no le son suficientes.
A diferencia de miles de haitianos que han abierto pequeños negocios en sus carpas, en medio del hacinamiento de los campamentos de damnificados, Ermilus trabaja ocho horas al día con una organización no gubernamental como parte del programa diseñado por las agencias de las Naciones Unidas para dar empleo a sobrevivientes del terremoto.
"Como a mí me dan dinero, a mi familia no le dan comida'', se queja Ermilus, de 23 años y padre de dos hijos, mientras carga en los hombros un costal de arroz que más tarde será distribuido por una ONG en la zona de Carrefour, en el oeste de Puerto Príncipe.
Luego de superada la emergencia médica tras el terremoto y mientras al menos 750 mil personas continúan en campamentos de damnificados al cumplirse este lunes tres meses de la tragedia, la principal preocupación de los haitianos es la falta de empleo, según un sondeo de la organización Oxfam.
El estudio difundido el lunes indica que el 28,2% de los 1.793 encuestados consideró que la creación de empleos debe ser la prioridad número uno en el programa de reconstrucción de Haití, tras el terremoto que destruyó dos tercios de la capital y dejó 222 mil muertos.
Antes del sismo, el desempleo era considerado por el 26% de los encuestados como el principal problema del país, detalla el estudio de la organización internacional.
Como Ermilus, 70 mil personas se han enrolado en empleos temporales en los programas "trabajo por dinero'' y "trabajo por alimento'', dijo Anne Poulsen, vocera del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Algunos de los voluntarios trabajan en la distribuci¢n de comida, otros como cargadores en los almacenes de la ayuda humanitaria e incluso colocando barreras para canalizar el agua de lluvia en los campamentos más vulnerables, como el que aloja a 50 mil damnificados en el Club de Golf de Petion Ville.
Pero igual que Ermilus, Racine Waldner, de 21 años, asegura que con los seis dólares que recibe de compensación por sus labor en la distribución de ayuda humanitaria no puede comprar alimentos para su mujer y su hijo.
Los programas de "trabajo por dinero'' y "trabajo por alimentos'' forman parte de la ayuda humanitaria y se realizan "conforme a las normas salariales y laborales del país'', explicó este mes Helmut Rauch, coordinador del plan de emergencia del PMA en Haití.
Además, los programas humanitarios "no buscan competir con el mercado laboral'', destacó Rauch.
Aunque el Banco Mundial carec¡a de datos oficiales sobre el desempleo en Haití antes del terremoto, la mayor parte de la población contaba con trabajos informales y el ingreso per capita era de apenas 660 dólares anuales.
El sondeo de Oxfam, realizado entre habitantes de las comunas (municipios) de Puerto Príncipe, Petion Ville, Delmas, Carrefour y Leogane, muestra que el segundo problema prioritario en la reconstrucción del país, según la percepción de los encuestados, es la construcción de escuelas (24,2%), seguido de la construcción de viviendas (11,5%).
Pero mientras la población mantiene la esperanza de que el plan de reconstrucción de Haití incluya la edificación de viviendas, el gobierno haitiano y las Naciones Unidas han certificado como "verdes'' a miles de casas, lo que significa que están "estructuralmente libres de daños'' y pueden ser ocupadas nuevamente.
De acuerdo con una propuesta del gobierno haitiano, aceptada por la comunidad internacional, para reubicar a los damnificados se les pedirá que vuelvan a sus casas, siempre que estén certificadas como "verdes'', o que se vayan a vivir con familiares o se establezcan en un refugio cerca de su respectiva vivienda destruida.
Sólo unos 20 mil damnificados que no tengan ninguna otra opción serán reubicados en asentamientos temporales planificados, como el de Corail-Cesselesee, que comenzó a recibir personas este fin de semana, o el de Santo 17, que ya funciona desde el 13 de marzo en Croix-des-Bouquets, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).
En su balance sobre los primeros tres meses después del terremoto, la OCHA advirtió además que siete campamentos están en zonas de riesgo de inundaciones, por lo que nueve mil damnificados "están en riesgo inmediato y requieren opciones alternativas antes de que las lluvias se incrementen''. (Con información de Notimex/MVC)
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