sábado, 11 de septiembre de 2010

Haití: A 8 meses del terremoto sólo limpiaron 2% de los escombros


THE ASSOCIATED PRESS

A ocho meses del terremoto que devastó a Haití, los escombros siguen en todas partes: desde las montañas de piedras en las calles al Palacio Nacional semiderruido, que parece vomitar concreto de sus entrañas.
Los restos de edificios están por todas partes en la capital haitiana: bloques de cemento destruidos, placas de hormigón agrietadas, edificios colapsados cuyos ladrillos y polvo aún cubren parte de las aceras. Algunos lugares se ven como si hubieran sido dados vuelta, otros como si se estuvieran hundiendo. Otros se inclinan a un lado en forma peligrosa.
Algunos cálculos indican que el terremoto del 12 de enero -del que se cumplen ocho meses el domingo- dejó unos 25 millones de metros cúbicos de escombros en Puerto Príncipe, más de siete veces lo que se usó para construir la represa Hoover, de 220 metros de altura y la más grande del mundo, en Estados Unidos.
Hasta ahora, sólo se ha limpiado 2% de los restos, por lo que la ciudad prácticamente se ve igual que un mes después del sismo.

El gobierno y las organizaciones internacionales de asistencia aseguran que la remoción de los escombros es una prioridad antes de comenzar la reconstrucción, pero entender las razones por las que no se ha hecho es difícil y exasperante.
Las maquinarias pesadas necesarias para la tarea deben llegar por mar. Los camiones que transportan los escombros tiene problemas para circular por las calles de tierra, angostas y sinuosas. El pésimo sistema de registro de la propiedad complica encontrar al dueño de cada terreno. Y hay pocos lugares donde arrojar los escombros, que además frecuentemente contienen restos humanos.
Además, ningún funcionario del gobierno nacional está a cargo de la tarea, por lo que algunas organizaciones no gubernamentales extranjeras pusieron manos a la obra por su cuenta. El resultado es que suelen disputarse los escasos recursos y contratos disponibles y el trabajo termina siendo descoordinado y parcial.
El Departamento de Defensa estadounidense y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos gastaron más de 98,5 millones de dólares en la remoción de 882.000 metros cúbicos de restos. Es un costo alto, porque el equipamiento debe ser enviado a Haití y porque hay que pagar mucho por los terrenos donde arrojarlos.
"No hay un plan maestro", dijo el director local del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, Eric Overvest. "Luego del terremoto, la primera prioridad era limpiar las calles. Eso fue lo más fácil".
Overvest dijo que la Comisión Interina para la Recuperación de Haití, que coordina el uso de miles de millones de dólares de ayuda humanitaria, aprobó un plan por 17 millones de dólares para limpiar escombros de seis barrios de la capital. Pero éstos aún no fueron seleccionados y no se sabe cuándo comenzaría la tarea en otras zonas.
Leslie Voltaire, arquitecto y candidato presidencial haitiano, dijo que su país necesita designar a un "zar de los escombros".
"Todos se echan la culpa sobre por qué no han sucedido las cosas", dijo. "Debería haber una persona a cargo. Las relocalizaciones ni siquiera han comenzado y no podrán hacerlo hasta que la ciudad esté limpia".
Voltaire asegura que hay suficientes máquinas para la limpieza, aunque otros no están de acuerdo. De lo que todos están seguros es que la recuperación llevará décadas y que demorará más cuanto más tarde la remoción.
La mayoría de los haitianos simplemente se acostumbraron a la presencia de los escombros y a esquivarlos cuando caminan. Luego de un tiempo, las montañas grises y los edificios torcidos se convierten en parte del paisaje para los transeúntes.
Algunos habitantes usan palas y carretillas para limpiar los terrenos.
"Personalmente, no creo que Puerto Príncipe sea limpiada nunca", dijo el artista Yvon Clerisier, de 47 años, que cubierto de polvo retiraba escombros de un terreno con una pala oxidada, contratado por el dueño junto a una decena de hombres más.
El propietario, Gregory Antoine, dijo que le pagaría al grupo 1.200 dólares por tres semanas de trabajo.
"La gente quiere trabajar", dijo Antoine. "Si encuentras una buena organización que ponga a la gente a trabajar y les dé indicaciones, las cosas se van a hacer, pero ahora mismo no se está haciendo nada".
Dan Strode dirigió una operación de limpieza de escombros de cinco millones de dólares para la organización sin fines de lucro CHF International. Asegura que lo preocupa que la vegetación comience a cubrir las pilas de piedras, polvo y basura.
"Si no lo limpiamos, lo que dejaremos es peor de lo que había antes", dijo Strode. "Si vuelves en un año y los escombros no se limpiaron, tendrán vegetación encima, serán inestables y podrían causar aludes".
Strode dijo que un problema que encontró al intentar demoler edificios dañados fue que los registros de propiedad habían desaparecido en el sismo o nunca existieron. Sin la autorización del dueño, era difícil retirar los restos.
En otros casos, la demolición podría haber dañado estructuras vecinas, agregó.
Otro gran problema es dónde poner tantos restos. Muchos propietarios privados simplemente los arrojan en canales, en el campo o en las calles, pero hay un solo sitio aprobado donde los grupos que reciben dinero de Estados Unidos pueden llevar los restos contaminados.
"No todos los escombros son lo mismo", dijo Michael Zamba, vocero de la Fundación de Desarrollo Panamericano. "Hay muchos escombros contaminados con restos humanos en ellos. No pueden ir a un sitio de relleno común".
Haití, recordó Zamba, era el país menos desarrollado del hemisferio occidental antes del sismo.
"Haití es un lugar donde es muy caro trabajar: tienes que traer gasolina, vehículos, gente", dijo. "Pero si limpias los escombros de un barrio, éste se transforma. La vida regresa".
El periodista de The Associated Press Evens Sanon contribuyó a este despacho.


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