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domingo, 31 de enero de 2010
Los hospitales en Haití carecen de morfina y analgésicos para amputados y heridos
La portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), Elizabeth Byrs, reveló que las 18 instalaciones hospitalarias que funcionan en Puerto Príncipe realizan entre 40 y 50 amputaciones diarias, sin que los pacientes reciban ningún medicamento para calmar el dolor una vez pasado el efecto de la anestesia.
Por otra parte, indicó que no hay problemas de seguridad graves en Puerto Príncipe, sino más bien incidentes menores aislados, sobre todo cuando una gran multitud se agolpa alrededor de un punto de distribución de alimentos.
Una de las tareas principales de las fuerzas de la ONU, de Estados Unidos y de la Policía haitiana es justamente el resguardo de los convoyes durante su recorrido y durante el reparto de la ayuda.
Sin embargo, reconoció que uno de los mayores temores de las agencias humanitarias es la "reconstitución de las bandas criminales" que quedaron desarticuladas a consecuencia del seísmo.
Diversos indicios apuntan a que esas bandas "efectúan un nuevo reparto del poder", del que participan parte de los delincuentes que sobrevivieron y escaparon de las cárceles que se derrumbaron en Haití.
En tanto, a más de dos semanas del terremoto, no más del 67 por ciento de la población damnificada y que lo perdió todo en el desastre recibe comida de las organizaciones de ayuda.
La ONU distribuyó ayer 458.000 raciones y otras 70.000 fueron repartidas por otras entidades, frente a más de un millón de personas que viven en las calles.
A todo esto se suma otro problema de grandes proporciones: la necesidad inmediata de alojar a las víctimas en campamentos que muy probablemente no soportarán la temporada de lluvias y huracanes que se aproxima.
"Tenemos que actuar rápido y actualmente los responsables de la ONU evalúan cuál es la mejor solución porque sabemos que no se puede instalar a la gente en cobijos temporales", dijo Byrs a Efe.
Recordó que una de las lecciones del 'tsunami' de 2004 fue que esa opción al final es un gasto inútil de recursos.
A ese respecto, el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Jean-Philippe Chuazy, dijo que, ante la urgencia, se planea instalar campamentos de un máximo de 10.000 o 15.000 personas, con la idea de trasladarlas posteriormente a alojamientos más sólidos.
"Hay que utilizar viviendas prefabricadas que soporten al menos un huracán", señaló Byrs.
Otras opciones que se barajan son evaluar el estado de los edificios que quedaron en pie para ver si la gente puede instalarse en ellos y apoyar a familias cuyas casas no se derrumbaron y que podrían recibir a una familia adicional bajo su techo.
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